Seguimos buscando a Santiago Maldonado
04/10/2017
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Santiago tiene 28 años, estudió en la Universidad Nacional de La Plata y es tatuador. El 1 de agosto se encontraba en Cushamen apoyando la lucha del pueblo mapuche por sus tierras y exigiendo la libertad del ‘lonco’ (jefe) Facundo Jones Huala.
La comunidad mapuche de la zona se encontraba cortando la ruta 40. Exigían la liberación de Jones Huala y denunciaban la represión del día anterior a miembros de la comunidad frente a los tribunales de la Ciudad de Bariloche. Por orden del juez federal de Esquel, Guido Otranto, la Gendarmería reprimió despejando el corte. Sin embargo, tras dispersar a los manifestantes se adentraron la comunidad persiguiendo y disparando contras las personas allí presentes. Desde ese día no se lo vio más a Santiago Maldonado, y su familia, organismos de Derechos Humanos y la sociedad en su conjunto no han tenido respuestas en su búsqueda.
Simultáneamente, comenzaron a circular los testimonios de algunos testigos que afirmaban que a Santiago Maldonado lo había llevado detenido la Gendarmería. El 3 de agosto su familia presentó un ‘habeas corpus’ ante el Juzgado Federal de Esquel y reforzó la hipótesis de que se trataba de una «desaparición forzada».
En contraposición a los dichos de la familia, desde el Gobierno nacional en la figura de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desde el principio se planteó que el joven podía estar extraviado. Además se puso el foco en la comunidad mapuche, catalogándola de violenta. Con el correr de los días y el avance de la investigación que puso de relieve el rol de la Gendarmería, las autoridades cambiaron el eje y comenzaron a plantear que fue una acción «desmedida» de algunos agentes. Además se descubrió que Pablo Noceti —jefe de gabinete de Bullrich— estuvo en el lugar de los hechos dirigiendo el operativo, que en un comienzo lo había negado.
El 5 de agosto se realizó el primero de los —hasta el momento— tres rastrillajes en el territorio. Sin embargo, la Justicia avanzó en la hipótesis de que el joven estaba extraviado y no fue hasta 24 días después que caratuló la causa como ‘desaparición forzada’. En paralelo, demoró 10 días en allanar por primera vez sedes de la Gendarmería. Para ese momento, tal como denunció el defensor público, los camiones utilizados el día de la represión habían sido lavados, con lo cual varias pruebas pueden haberse perdido. Por otra parte, el magistrado Otranto ordenó allanamientos a la casa donde vivía Maldonado y hasta en una peluquería donde supuestamente se había visto al joven cortándose las rastas. En esa sintonía aceptó que la Gendarmería sea parte de la investigación, a pesar de ser una de las posibles instituciones implicadas en la desaparición. Más de un mes después el registro de más de 70 teléfonos de los miembros de las fuerzas de seguridad, sumado a sus declaraciones judiciales, develó que durante el operativo dispararon contra los manifestantes y que a Maldonado lo subieron a un vehículo de la Gendarmería.
Hoy a más de dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado exigimos a las máximas autoridades competentes, Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y al Presidente de la Nación, Mauricio Macri, la inmediata aparición con vida de Santiago (al igual que de todas aquellas personas que desaparecieron en democracia) y el cese a la represión de la comunidad mapuche que sólo reclama el derecho a ocupar sus tierras.
A la par no podemos dejar pasar ni los dichos de la Sra. Ministra en el recinto del Senado de la Nación donde afirmó “Todos los días desaparecen personas”, ni la presencia de Gendarmeria el día de hoy en el predio de la Universidad Nacional de Rosario (violando la autonomía universitaria) durante un paro docente que reclamaba por Santiago Maldonado, los cuales repudiamos absolutamente.
Desde el MNR vemos la necesidad de compartir estas situaciones ya que no son propias de un país bajo el estado de derecho y por los tanto no deben ser toleradas ni pasadas por alto.#SeguimosPidiendoAparicionConVidaDeSantiagoMaldonado
La comunidad mapuche de la zona se encontraba cortando la ruta 40. Exigían la liberación de Jones Huala y denunciaban la represión del día anterior a miembros de la comunidad frente a los tribunales de la Ciudad de Bariloche. Por orden del juez federal de Esquel, Guido Otranto, la Gendarmería reprimió despejando el corte. Sin embargo, tras dispersar a los manifestantes se adentraron la comunidad persiguiendo y disparando contras las personas allí presentes. Desde ese día no se lo vio más a Santiago Maldonado, y su familia, organismos de Derechos Humanos y la sociedad en su conjunto no han tenido respuestas en su búsqueda.
Simultáneamente, comenzaron a circular los testimonios de algunos testigos que afirmaban que a Santiago Maldonado lo había llevado detenido la Gendarmería. El 3 de agosto su familia presentó un ‘habeas corpus’ ante el Juzgado Federal de Esquel y reforzó la hipótesis de que se trataba de una «desaparición forzada».
En contraposición a los dichos de la familia, desde el Gobierno nacional en la figura de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, desde el principio se planteó que el joven podía estar extraviado. Además se puso el foco en la comunidad mapuche, catalogándola de violenta. Con el correr de los días y el avance de la investigación que puso de relieve el rol de la Gendarmería, las autoridades cambiaron el eje y comenzaron a plantear que fue una acción «desmedida» de algunos agentes. Además se descubrió que Pablo Noceti —jefe de gabinete de Bullrich— estuvo en el lugar de los hechos dirigiendo el operativo, que en un comienzo lo había negado.
El 5 de agosto se realizó el primero de los —hasta el momento— tres rastrillajes en el territorio. Sin embargo, la Justicia avanzó en la hipótesis de que el joven estaba extraviado y no fue hasta 24 días después que caratuló la causa como ‘desaparición forzada’. En paralelo, demoró 10 días en allanar por primera vez sedes de la Gendarmería. Para ese momento, tal como denunció el defensor público, los camiones utilizados el día de la represión habían sido lavados, con lo cual varias pruebas pueden haberse perdido. Por otra parte, el magistrado Otranto ordenó allanamientos a la casa donde vivía Maldonado y hasta en una peluquería donde supuestamente se había visto al joven cortándose las rastas. En esa sintonía aceptó que la Gendarmería sea parte de la investigación, a pesar de ser una de las posibles instituciones implicadas en la desaparición. Más de un mes después el registro de más de 70 teléfonos de los miembros de las fuerzas de seguridad, sumado a sus declaraciones judiciales, develó que durante el operativo dispararon contra los manifestantes y que a Maldonado lo subieron a un vehículo de la Gendarmería.
Hoy a más de dos meses de la desaparición forzada de Santiago Maldonado exigimos a las máximas autoridades competentes, Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y al Presidente de la Nación, Mauricio Macri, la inmediata aparición con vida de Santiago (al igual que de todas aquellas personas que desaparecieron en democracia) y el cese a la represión de la comunidad mapuche que sólo reclama el derecho a ocupar sus tierras.
A la par no podemos dejar pasar ni los dichos de la Sra. Ministra en el recinto del Senado de la Nación donde afirmó “Todos los días desaparecen personas”, ni la presencia de Gendarmeria el día de hoy en el predio de la Universidad Nacional de Rosario (violando la autonomía universitaria) durante un paro docente que reclamaba por Santiago Maldonado, los cuales repudiamos absolutamente.
Desde el MNR vemos la necesidad de compartir estas situaciones ya que no son propias de un país bajo el estado de derecho y por los tanto no deben ser toleradas ni pasadas por alto.#SeguimosPidiendoAparicion
MNR Tecnológico